¿Qué es la Semba?
Semba es un género musical y de danza tradicional de Angola, considerado el antecesor directo de estilos como la kizomba, el kuduro y la samba brasileña. Su origen se remonta a las ricas tradiciones culturales de los pueblos bantúes centrales y del antiguo Reino del Congo, fusionadas con los ritmos de danzas como la Kazukuta y la Kabetula, de donde se deriva gran parte de su estructura rítmica.
El nombre SEMBA proviene de una danza tradicional angoleña llamada «Massemba» que proviene del idioma kimbundu, una de las lenguas nacionales de Angola, y significa «umbigada»: un movimiento de danza en el que el bailarín (generalmente el hombre) toma a su pareja por la cintura y la atrae hasta unir los ombligos, lo que representa no solo una conexión física, sino también simbólica. Este gesto, derivado de la danza tradicional llamada rebita, sigue vigente en muchas expresiones culturales africanas.
Históricamente, la Semba ha sido mucho más que música o baile. Es una forma de expresar la vida cotidiana, las relaciones sociales, las emociones colectivas y, en muchos casos, el anhelo de libertad. Durante la guerra de independencia de Angola (1961–1975), muchas letras de semba contenían mensajes sutiles de resistencia y esperanza, convirtiéndose en una herramienta de conciencia social y unidad nacional.
A nivel cultural, la Semba también refleja el proceso de intercambio e influencia transatlántica. Durante el siglo XVII, la esclavitud llevó ritmos y expresiones angoleñas a América, donde evolucionaron y luego regresaron a África en formas modificadas. Así, los músicos angoleños absorbieron elementos foráneos sin perder su esencia, construyendo un lenguaje musical propio, profundamente africano, pero con ecos globales.
Desde los años 50, la Semba ha estado presente en bodas, bautizos, fiestas populares e incluso funerales. Es una expresión omnipresente en la vida angoleña: alegre, nostálgica, irónica o reivindicativa según el contexto. A través de su poesía social cantada, ha servido como crónica del país, como vehículo de identidad cultural y como puente entre generaciones.